Las licuadoras son herramientas indispensables en la cocina moderna ya que resuelven mucho en poco tiempo, pero ¿cuál es la diferencia entre una licuadora de mano (comúnmente llamada mixer) y una licuadora convencional? Ambas cumplen la misma función básica de mezclar y triturar ingredientes, pero difieren significativamente en diseño y uso.
Licuadora Convencional:
Su diseño tradicional consta de una base con un motor potente, un recipiente de vidrio o plástico y cuchillas en la parte inferior que, en los modelos premium, hasta permite picar hielo.
Su uso es ideal para mezclar grandes cantidades de ingredientes, desde batidos y licuados hasta salsas y sopas. Su jarra puede contener grandes volúmenes de líquidos y alimentos, lo que la hace perfecta para preparar comidas o bebidas para varias personas.
Por último, tiene mayor estabilidad y potencia. La base pesada y el motor garantizan una mezcla uniforme y eficiente de ingredientes de manera rápida.
Licuadora de Mano:
Su diseño portátil, de tamaño compacto y ligero, le aporta una maniobrabilidad perfecta para mezclar y triturar ingredientes directamente en ollas, recipientes y bowls. Esta posibilidad la convierte en la aliada perfecta para la elaboración de salsas, purés y sopas.
Además, su tamaño la hace fácil de almacenar, ocupando menos espacio en la cocina.