Cada 9 de octubre se celebra el Día Internacional del queso Azul, una variedad que despierta pasión, con una historia tan rica como su sabor. El queso azul no es solo un producto; es un capítulo de la historia gastronómica.
Tendencias de Consumo: el protagonista versátil
En Argentina hay una clara tendencia de aumento en el consumo de la categoría, producto del mayor conocimiento que hay en la actualidad en cuanto a maneras de innovar en la cocina.
El auge de la alta cocina y el interés por los sabores intensos han consolidado al queso azul como un ingrediente esencial. Para desmitificar su uso, Carolina Rosso, Jefa de la planta de producción exclusiva de queso Azul de Bavaria y Santa Rosa, ofrece consejos prácticos: “El queso azul aporta un picor distinto, que lo hace inigualable. Para quienes se inician, siempre recomiendo empezar por incorporarlo a una tabla de quesos con variedades de consumo más habitual, o directamente en ensaladas. Combina excepcionalmente bien con la dulzura de frutos secos, dátiles, uvas verdes o incluso frutillas, lo que equilibra su intensidad”.
Comenta Sofía Ruano, Marketing Manager de Quesos en Savencia Fromage & Diary que «el consumo de queso Azul está creciendo año a año, pero es una categoría que se sigue desarrollando porque todavía tiene muchas oportunidades de crecimiento en la Argentina. De hecho, es uno de los productos más elegidos de nuestro portfolio”.
La Magia del Moho: proceso y herencia
Su origen data del siglo VIII. Cuenta la leyenda que en una cueva de Francia un pastor olvidó queso fresco al lado de un pan y, al regresar, advirtió que el lácteo tenía un color particular, resultado de hongos transferidos por el pan de centeno enmohecido. El pastor tenía tanta hambre que lo probó y descubrió que, en lugar de estar estropeado, había adquirido un sabor delicioso e intenso.
Así nació esta fábula de la gastronomía mundial, con sus notas y características comunes dadas por el desarrollo de mohos que van del azul oscuro al azul verdoso o del verde al verde oscuro. Se elabora internacionalmente y en cada país con identidad y características propias, dadas por el tipo de leche, la zona de producción, el tipo de hongo y la curación, entre otras características. Tienen textura cremosa y sabor levemente picante que se va intensificando con su maduración (un mínimo de 45 días).
Azul no significa Roquefort
El término «queso azul» es una categoría genérica para quesos que pueden hacerse con leche de vaca, cabra o una mezcla de ellas. A diferencia del Roquefort que es un tipo específico entre los azules, con denominación de origen protegida en Francia, que se elabora exclusivamente con leche de oveja cruda y madura en las cuevas de Roquefort. En cambio, el término «queso azul» es una categoría genérica para quesos que pueden hacerse con leche de vaca, cabra o una mezcla de ellas.